Perla en concha premia bien
Al que busca con buen tino;
No me fatiga el descorche
Si me da lo que imagino
(Cantos margariteños de desconche. Olivares Figueroa, R. 1991: 85.
Véase también. Salazar Bravo, G., 2011: 188).
(Postal de Porlamar en el Faro de la Puntilla. 22 de abril de 1914. Public Domain Media. Postcards of Venezuela).
Tal día como hoy, pero del año de 1924, es decir, hace exactamente 100 años, el sacerdote perteneciente a la Orden de los Carmelitas Descalzos, Reverendo fray Elías María Sendra, Prior Provincial de dicha Orden, instituyó en la isla de Margarita, especialmente para la ciudad de Porlamar, la celebración del Día de la Perla. En aras de dar el debido lucimiento a las festividades alusivas a esta fecha, los empresarios y pescadores dedicados a esta actividad extractiva donarían solo durante este día el producto de su trabajo para tan nobles fines (Rosa Acosta, R., 1991: 69).
Ahora bien, sobre el particular cabe preguntar cuáles fueron las razones esgrimidas por el sacerdote Sendra a favor de tal celebración. Aun cuando no las expresa de manera explicita, suponemos que haya sido por las muy especiales condiciones de vida que presentaba para ese momento la urbe porlamarina gracias a los beneficios obtenidos por la reactivación del proceso productivo perlero, especialmente en el espacio circundante al ostral conocido como la Rama de Porlamar, comprendido entre el Morro homónimo y Punta de Mosquitos (Gaceta Oficial del Estado Nueva Esparta, 27-IX-1916. No.188), a lo cual se adiciona la intensiva comercialización de las conchas de nácar.
A este respecto, vemos como durante el año de 1908 fueron exportados por la Aduana de Pampata un total de 133.956 kilogramos de perlas, por la cantidad de 484.805 bolívares (Diario EL SOL, 24-V-1908, citado en Navarro, N., 2008: 36).
Complementa el contenido de la citada referencia periodística, la declaración hecha durante el año de 1916 por el empresario perlero de origen francés, Leonard Rosenthal, en la cual se destaca lo siguiente: [los ostrales] producen de dos a tres millones de perlas por año y la mayoría de los trabajadores abandonan sus oficios [habituales] para dedicarse solamente a la pesca de perlas (Salazar Bravo, G., 2011: 54).
De acuerdo con la información estadística proporcionada por el Ministerio de Fomento durante el período comprendido entre los años de 1921 y 1940, la producción perlera alcanzó la cifra de 7.069.630 quilates, cuyo valor estimado fue de 18.386.377 bolívares (Ibídem, 55).
Por otra parte, en lo que corresponde a las conchas de nácar, buena parte de su producción se negociaba en el mercado internacional tal como se evidencia en el Aviso de prensa de la compañía marítima Hamburg-Amerika Linie, cuyos vapores arribaban periódicamente al puerto de Pampatar y que a la letra dice lo siguiente: Las conchas de nácar, solamente se aceptarán para los puertos de su itinerario: Le Havre y Hamburgo.
Porlamar, octubre de 1908. Chibly Abouhamad y Hermanos. Agentes (Tomado de Navarro, N., 2001: 64. Véase también, Salazar Bravo, G., 2011: 41).
El resto de la producción de Nácar, fue utilizada para la fabricación de botones. Sobre este particular, durante el año de 1938, se instaló en la ciudad de Porlamar una industria relacionada con ese ramo la cual, en la primera quincena del mes de octubre del mencionado año, canceló a la Tesorería del Estado, la cantidad de 1.563, 15 bolívares por concepto de aranceles y demás obligaciones (Gaceta Oficial del Estado Nueva Esparta. Véase también, Salazar Bravo, G., Ibidem, 58).
Ahora bien, durante esos años, atraídos por el renacer de la actividad extractiva perlera en los espacios marinos insulares, arribaron a la cada vez más creciente ciudad de Porlamar numerosos inversionistas tanto nacionales como de origen extranjero, estos últimos procedentes de distintas latitudes quienes no solo se establecieron con sus empresas comerciales sino que también, muchos de ellos se arraigaron en esta urbe marina donde formaron sus respectivos núcleos familiares, verbigracia, los Abouhamad, los Hobaica, los Modiano, entre otros.
En tal sentido, con fecha 21 de septiembre del año de 1917, la Junta Clasificadora de los Industriales de Compraventa de Perlas del Estado Nueva Esparta, estableció una nómina de cincuenta industriales dedicados al ramo perlero de los cuales, veintiséis de ellos eran de origen libanés y uno de nacionalidad francesa (Gaceta Oficial del Estado Nueva Esparta, Año VIII, No. 152, 1-X-1917).
Respecto a este último empresario perlero de origen galo de nombre David Modiano, es menester señalar que fue un destacado personaje que tuvo una presencia activa en diferentes aspectos de la vida del Pueblo de la Mar en los comienzos del siglo XX. Asimismo, no podemos dejar de mencionar que el señor Modiano fue también el abuelo del novelista francés Patrick Modiano, Premio Nobel de Literatura del año 2014.
Finalizando la década de los años cuarenta comenzó el declive de la producción perlera y en virtud de ello tal como dicta la vieja sentencia insular: Se acabo la perla, se acabó el cariño, en iguales términos dejó de realizarse también la celebración del Día de la Perla. Sin embargo, consideramos que ese homenaje no debe quedar en el olvido dado que la valiosa Historia Regional neoespartana está íntimamente relacionada con el acontecer de la actividad perlera desde los tiempos prehispánicos hasta mediados de la centuria pasada. Por tales razones, estudiar e investigar lo acaecido respecto a esta siempre valorada alhaja marina es también una manera de aproximarnos a un mejor y mayor conocimiento de lo que solemos llamar la margariteñedad.
La concha dice en el mar/ yo mantengo una riqueza/ una prenda de belleza por un brillo natural/ yo valgo más que el coral, que el diamante y que el rubí/ yo no me cambio por ti, / pues yo valgo donde quiera/ en regiones extranjeras/ también me aprecian a mi/. (Décima popular).
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