El 19 de noviembre de 2024, el Museo Marino de Margarita “Fernando Cervigón” cumplió 30 años de su creación
Foto: La icónica ballena del Museo Marino.
Los que gozamos el privilegio de vivir en estos tiempos somos testigos de excepción de hechos antes impensables, pero que hoy son una realidad tangible y palpitante en nuestra Isla de Margarita. Sintetizar sobre los fundamentos de esta obra conlleva también envolver a su máxima figura como su creador y rendirle un homenaje póstumo a su memoria. Fernando Cervigón nace en Valencia - España el 15 de mayo de 1930, llega a Venezuela el 13 de febrero de 1960 y fallece en Caracas el 17 de mayo de 2017 a los 87 años de edad. Parafraseándolo: “Cuando llegué a Venezuela y nada menos que a Margarita y Cubagua, era como haber caído en el Paraíso Terrenal” y quiso coleccionarlo todo.
Estuvo en el País durante 57 años. Cincuenta y siete años consagrados al perfeccionamiento del espíritu por el estudio de los inmutables principios de la Ictiología y a la meditación sobre los aún, indescifrables, misterios de la vida y la muerte - Lo irradia o refleja en su libro “Gentes de Cubagua”; Cincuenta y siete años consagrados a la práctica del bien bajo las hermosas formas de la Caridad: Derramar luz Desde la cátedra de la enseñanza y llevar esperanzas a la condición social del pescador artesanal margariteño y a su inmenso interés por la tradición cultural de esta Isla. Lo refleja en sus obras Paraguachoa, Carpintería de Ribera y Cantares Margariteños. Cincuenta y siete años consagrados al cumplimiento de un Ideal con la incomparable abnegación de un verdadero filántropo de otras épocas, y sin haber proferido jamás una queja contra la ingratitud de los hombres y donde su sabiduría e intelectualidad solo es superada por su propia humildad y sencillez, y su fuerte idealismo es también uno de los ingredientes claves para lograr alcanzar cada meta propuesta, constituye la síntesis de la vida de Fernando.
Nos dejó un legado que hoy arriba a sus 30 años de funcionamiento y que tratamos de mantener dentro de las enormes dificultades que vive nuestro país. Esta sencilla narración sobre la fundación y desarrollo del Museo, escrita en esta ocasión de conmemorarse el Trigésimo Aniversario de su inauguración, no tiene el carácter de historia en el sentido estricto de esta ciencia; por lo tanto, carece de una organización sistemáticamente organizada, es más bien un relato muy singular y por ello mismo subjetivo, de las vicisitudes principales por las que hubo que pasar Fernando para que el Museo se convirtiera en una Institución operativa, que cumpliera una función social de acuerdo con la definición que lo que hoy se entiende por Museo. Esta demostración de la capacidad creativa y laboral, así como comprender la dimensión de lo que estamos haciendo en los ámbitos culturales y educativos, es la mayor satisfacción que sentimos en estos 30 años de su inauguración. Significativamente, es preciso recordar que en aquel evento del 19 de noviembre de 1994, Fernando tuvo la habilidad de convencer al Presidente de la República de aquella época para que condecorara con la “Orden Mérito al Trabajo” a 4 pescadores de Punta de Piedras que habían sido sus más leales compañeros en su trabajo investigativo de campo: Andrés Salazar, Cornelio Salazar, Nicolás González y Andrés Marcano.
Se hace difícil recorrer estas líneas escritas de esta remembranza sin que la sensibilidad se encienda. No se trata de vocerías, tampoco de testimonios o rostros, sino del Tejido Humano que aquí se enhebra sorteando tempestades y haciendo frente a las adversidades. Todo ha sido posible, gracias a que una Junta Directiva comprendió igualmente los objetivos que animaban la creación del Museo y la importancia que tenía su estabilidad en el tiempo y la incorporación del personal, no solo a una tarea rutinaria o menos secundaria, sino el verdadero promotor y creador de la realidad que hoy contemplamos. Igualmente al Consejo Consultivo anual con sus conocimientos, indispensable en el cumplimiento de un objetivo. Así pues, el Museo es algo más que un atractivo cultural, histórico o natural, si no que también es un instrumento de educación y formación, no solo desde el punto de vista de adquisición de conocimientos, sino de habilidades y destrezas.
¡FELIZ CUMPLEAÑOS MUSEO MARINO DE MARGARITA "FERNANDO CERVIGÓN!
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